Durante las primeras semanas del año, tuve la ocasión de acercarme a una de mis localizaciones preferidas para fotografiar una vez más el amanecer. Es un paraje, desde el que se puede observar muy a menudo el llamado «mar de nubes» y no me defraudó.
La niebla cubría todo el valle y se bañaba de color dorado, a medida que salía el sol tras la cadena montañosa. Un espectáculo sensacional para la vista.
Aquí os dejo una muestra en formato panorámico.
He visto muchas fotos de este lugar, pero cada una de ellas es totalmente diferente, la culpa la tiene esa luz que te empeñas en buscar y que sabes captar de maravilla para regalarnos fotos tan bonitas como esta.
Estupendas texturas, el tono tostado invita a beberse una cerveza sinceramente (desde mi punto de vista alcoholico)….
Un saludo!.
Gracias Iratxe, como sabes, la luz es el ingrediente principal que busco para mis fotos.
Fosy, tómate esa cerveza a la salud de las texturas. Gracias por acercarte 😉
La luz por supuesto es una cosa de las que me gustan y me parece bien que la busques y como cada vez es distinta, pues te pasaras toda la vida buscándola y así nosotros podremos disfrutar de tus imágenes siempre. Pero lo que más me gusta es la sucesión de los planos de las montañas.
Un abrazo
Gracias Fernando 😉