A veces, vemos multitud de máquinas funcionando como por arte de magia, sin poder ver las «tripas» y los mecanismos que hacen que todo responda con la precisión requerida. Hace unos meses, tuve la oportunidad de fotografiar el mecanismo del reloj de la iglesia de San Pedro de Romaña, Trucíos.
Para acceder al reloj, hay que subir a través de una estrecha escalera de caracol hasta el campanario. Llegamos a un primer nivel, para seguir subiendo por una escalera de madera (en bastante mal estado) hasta el siguiente nivel, donde se encuentran las campanas. Un nuevo tramo de escaleras de madera nos lleva hasta una trampilla que da acceso al habitáculo donde está ubicado el mecanismo del antiguo reloj.
Allí podemos ver los engranajes casi centenarios que van marcando el tiempo sin cesar, día tras día.
Una auténtica joya de la tecnología que sigue funcionando a pesar del paso de los años.
Sencillamente preciosa!! me gusta mucho como has utilizado la profundidad de campo. Más que una fotografía me da la sensación que estoy viendo directamente esos engranajes, el realismo es total.
Gracias Ira 🙂 La verdad es que si hubiera tenido un objetivo macro podía haber intentado fotos mucho más cercanas. Eso será para la próxima visita 🙂
Preciosa, con una nitidez y una delicadeza aplastante. Me gusta mucho.
Probastes en un procesado en b&n en plan bruto de contrastes?
Un abrazo
Hice alguna prueba con virados en tonos más fríos (en azul) pero me quedo con la versión que he puesto aquí
Que guapa Rafa, muy bonita la foto, esos colores le van de lujo ;).
Gracias JL, iré poniendo alguna más 😉